La Agencia Federal de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF) de Estados Unidos, estaría interesada en establecer cómo una pistola Glock 9 milímetros automática que salió de un almacén de Mesa, la tercera ciudad más poblada de Arizona, terminó siendo usada en el atentando en contra del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, el pasado sábado 7 de junio.

Ya se sabe que el distribuidor es un pequeño almacén en esa misma ciudad que lleva el letrero Aji Port y que el comprador es un hombre identificado como Charles Joe Anderson, quien la adquirió de manera legal.

Un arma similar -Glock automática- fue incautada hace algunas semanas dentro de una investigación por tráfico de armas y municiones en donde está siendo indagado un cirujano venezolano con consultorio en Bogotá y varios miembros de la Policía.

Y ahora se busca establecer cómo la Glock del atentado recorrió 15 mil kilómetros desde Arizona y terminó en las manos de un niño sicario en el parque "el Golfito" de Bogotá.

El propio presidente Gustavo Petro se ha referido a una infiltración preocupante en la Policía, institución a la que ya había mencionado en el confuso incidente de los lanzacohetes encontrados en febrero en un basurero de Bogotá.

Además, señaló que Miguel Uribe y que su pequeño hijo estaban siendo seguidos lo que llevó a la cuestionada Unidad Nacional de Protección (UNP) a emitir un trámite de emergencia y a reforzar la seguridad del senador -internado en la Clínica Santa Fe- y de su familia.

Los contactos con el FBI

Ahora cuenta con 6 escoltas de la UNP, 3 vehículos blindados y 8 miembros de la Policía. Augusto Rodríguez, cabeza de esa entidad ya admitió que el esquema de Uribe Turbay era insuficiente.

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ya informó que tuvo una reunión con agentes del FBI en Miami la tarde del lunes 9 de junio en donde se tocó el tema del atentado: " Acabo de terminar el encuentro con FBI en Miami. Ellos podrían colaborar en esclarecer el intento de asesinato en contra de Miguel Uribe, por quien seguimos orando. El Gobierno de Colombia debería solicitar esta ayuda. Ojalá Petro lo haga".

Fuentes en Miami le dijeron a EL TIEMPO que se está pidiendo formalmente el serial de la Glock para establecer si hizo parte de lotes de entregas de armas controladas que agencias federales movieron hacia América Latina y que terminaron en manos de estructuras criminales como la Oficina de Envigado y los carteles mexicanos.

"En Bogotá hay un poderoso residuo de la Oficina de Envigado que ejecuta este tipo de operaciones con oficinas de cobro locales", señaló una fuente enterada.   

Y aunque por la fecha de compra de la Glock del atentado no correspondería a esos lotes, también se está ubicando al comprador: Charles Joe Anderson.  

Con información de El Tiempo